Los años pasan y las familias siguen uniéndose en torno al nacimiento de Jesús. En un mundo convulso donde la pérdida de valores es una constante, aún hay un espacio para la reflexión y tradición de esta época de adviento representada a través de las posadas.
Como cada año y con el tesón de quienes ya están cerca de la tercera edad, esta bonita festividad se sigue celebrando en barrios y colonias de Durango, aunque pareciera que a muchas personas se les olvida el verdadero significado de éstos días, convertidos lamentablemente en libertinaje y excesos para los paganos.
Esta bonita costumbre sigue arraigada en el Barrio El Calvario, donde este 23 de diciembre se celebró su tradicional posada viviente a la que asistieron decenas de personas. Rezando, cantando y peregrinando, se vivieron momentos de fé y nostalgia, recordando a tantos vecinos de ese barrio y que lamentable ya no están.
Todos con fervor y entusiasmo, le dieron cabida a momentos de reflexión, oración y entretenimiento, donde esta bonita tradición llenó de alegría al barrio que vió nacer s muchas generaciones, algunas que continúan y otras que ya se han ido.
