El malestar manifiesto por parte de personal del Instituto Duranguense de Educación para Adultos -IDEA- desde diciembre del año anterior, ha recrudecido, pues la administración de esta institución les ha informado que no les pagarán sus emolumentos correspondientes al último mes del año, hasta finales de enero o primeros de febrero.
Asesores, aplicadores, operativos, formadores, etcétera, son el personal que en suma alcanzan poco más de dos mil en todo el territorio estatal, que no han recibido su paga.
Como se indica, la irritación es creciente, pues sin decir agua va, simplemente se omotió el pago precisamente en el mes en el que el personal espera el mismo, para atender las obligaciones y necesidades de cierre de año.
A decir de los quejosos, a la falta de pago, debe añadirse la indiferencia manifiesta por parte de Guillermo Arce, director del IDEA, quien simple y sencillamente no da la cara, como responsable de la dependencia, para explicar o justificar el por qué de la falta de pagos, sobre todo cuando desde el interior de la administración, se ha filtrado la información en el sentido de que los recursos correspondientes fueron ya radicados en tiempo y forma por instancias federales, y sin embargo, no aterrizaron en los bolsillos de quienes durante todo el año hicieron su mejor esfuerzo para alcanzar metas planteadas.
La crítica además añade que cómo es posible que no existen recursos para cumplir las obligaciones con el personal antes citado, más de dos mil personas que operan en todo el territorio estatal, pero sí los hubo para la adquisición de cualquier cantidad de obsequios decembrinos que fueron distribuidos en eventos y posadas en los que tomaron parte solamente el personal más allegado a Arce Valencia.
Los afectados lamentan la irresponsabilidad de su director, cuando no se ha visto que justifique la falta de pago, pero tampoco, que haya hecho algún reclamo o exigencia a las instancias federales, para que se radiquen los recursos, cuando es argumento oficial del IDEA, que la federación no ha hecho las provisiones correspondientes.
Los inconformes insisten en que se entregaron a sus labores durante todo el año, para que al final les salgan con que no hay dinero para atender necesidades propias del cierre del ejercicio, lo cual afirman, es muy lamentable.