En mi niñez, a finales de los años 70, la Semana Santa se vivía con verdadera devoción. Al menos jueves, viernes y sábado “santos” eran dias de guardar, como les decía la gente de aquella época. Las abuelas, principalmente, nos inculcaban el respeto a los oficios religiosos, en una forma casi dictatorial, pero con el único afán de preservar la tradición inculcada por sus antepasados católicos.
Comenzadas las vacaciones de Semana Santa, a partir del Domingo de Ramos la gente de aquellos ayeres se involucraba bastante en las ceremonias religiosas, aunque había cierta flexibilidad para realizar actividades cotidianas todavía hasta el miércoles santo. Era el último dia que se podía cocinar, lavar ropa, bañarse. escuchar música, pasear; porque jueves, viernes y sábado toda la actividad debía estar enfocada a lo sacro.
Más obligados que de ganas, íbamos a la iglesia a presenciar largos oficios que a mí corta edad y poco entender verdaderamente me aburrían, sin embargo era una orden que debía cumplirse, so pena de ir al infierno por desobedecer el mandato divino.
En esa época e incluso hasta principios del nuevo milenio, los católicos nos tomábamos muy en serio la prohibición de no comer carne. Además las actividades en la ciudad se paralizaban y todo giraba en torno a la religiosidad de esa semana, por supuesto que beber alcohol era condenarse eternamente a vivir en pecado.
Sin embargo, el tiempo trajo cambios en la sociedad. Las abuelas empezaron a morir y con ellas la obligatoriedad de cumplir una tradición que ya a cierta edad habíamos hecho nuestra, a pesar de la imposición con que se nos presentó.
Del año 2000 en delante se comenzó a notar entre la comunidad una especie de tendencia al libertinaje, pues había oportunidad de vivir la Semana Santa apegada a la tradición, mientras que para otros salir de viaje o irse a cualquier playa, incluso hacer fiesta o reuniones en casa, ya se consideraba entre las opciones de entretenimiento para esos días de ocio.
Partiendo de la libertad de elegir y en el entendimiento que la salvación es personal, en ésta nueva época aún hay muchas personas que viven la Semana Santa con base en su religión; asisten a templos y respetan los dias, pero también hay muchos para quienes la época más grande de la iglesia universal, es solo tiempo de diversión. Y usted, cómo vive la tradición de éstos dias?.

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